La semana pasada Rusia había prometido bloquear Instagram en respuesta a la decisión de Meta de permitir a usuarios de ciertos países de Facebook e Instagram insultar o publicar contenido violento en contra de los soldados rusos, debido a la invasión en Ucrania. Hoy, aquella promesa se hizo realidad cuando la red social se hizo inaccesible para la mayoría (si no toda, para el final del día) del país europeo.
El director de la red social, Adam Mosseri, aseguró en Twitter que “esta decisión separará a 80 millones en Rusia entre sí y del resto del mundo, ya que aproximadamente 80% de las personas en Rusia siguen una cuenta de Instagram fuera de su país. Esto está mal”.
El fin de semana, muchos/as influencers rusos han estado despidiéndose de sus seguidores, incentivándolos a seguirlos en otras plataformas o a descargar algún tipo de VPN para eludir el bloqueo.
Un ejemplo claro de cómo afecta este bloqueo lo da la influencer de moda rusa Karina Nigay, quién dijo: “Este es mi trabajo. Imagina que te acaban de despedir por completo del trabajo y no recibes ningún ingreso, pero al mismo tiempo tienes gastos para tu familia, para tu equipo si tienes subordinados, y de repente no tienes nada para pagarle a tu equipo”.
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